lunes, 23 de enero de 2012

Medellín ¿IMPARABLE?

Es alarmante la situación que se vive actualmente en las calles de El Poblado y la parte alta de Envigado. El proceso de urbanización  de este sector de la ciudad es claro indicador de un crecimiento desmesurado que a nadie parece importarle y a mí me parece exagerado, innecesario y altamente peligroso (me pregunto,  ¿Qué hacen los que trabajan en planeación? ¿Qué proyectos detienen si es que lo hacen? ¿Bajo qué criterios aprueban o desaprueban proyectos? ). Pienso entonces: ¿De dónde saldrá más gente para habitar esos edificios? ¿Si hay mayor oferta de almacenes, crecerán acaso las posibilidades de gastar de la gente? ¿Necesitamos un supermercado cada 500 metros y un pequeño centro comercial cada kilómetro?  ¿Acaso no necesitamos espacios públicos quienes vivimos en estratos altos? 

En lugar de preocupación- que sería lo más sensato -la gente demuestra orgullo de ver esta ciudad “progresando” , y así poder decir a boca llena que Medellín ha cambiado mucho y está muy bonita. Para mí, eso no es más que el típico regionalismo paisa, que es como el amor, ciego. ¿Es esta saturación bella? ¿No era mucho mejor cuando podíamos disfrutar de paisajes verdes sin salir de la ciudad, cuando veíamos potreros con vacas y caballos en pleno Envigado?  Después de tanto abuso pasa lo inevitable: las calles están cediendo, las aguas subterráneas están saliendo y arrastrando silenciosamente con los lotes, la tierra se está revolcando más de la cuenta y tarde o temprano nos la cobrará sin piedad. Existen lugares de los cuales se sabía abiertamente que nunca podrían ser construidos  por tener  fallas geológicas (el lote de la transversal inferior entre los balsos y el Campestre, a mano izquierda, era un claro ejemplo y ahora es un gran proyecto de 600 apartamentos). ¿Pasará un día lo mismo con el de las monjas de la Enseñanza? Estoy segura de que así será en esta querida Medellín imparable...

Y esto es sólo lo que yo alcanzo a ver diariamente en este sector de la ciudad; bien sé que sucede en otros, en donde los peligros se corren por razones muy distintas y completamente entendibles.